Philip Cook, profesor de Economía y Políticas Públicas en la Universidad de Duke y un investigador por casi 50 años de la violencia con armas en Estados Unidos, explicó que la mayoría de las muertes por balas en el país «son suicidios y homicidios y que apenas el 2% están asociadas a tiroteos masivos», a una semana de la masacre en la escuela primaria Robb de Uvalde, Texas, donde Salvador Ramos, de 18 años, mató a 21 personas.
«Soy abuelo de dos niños de primaria y me resulta muy fácil imaginar algo similar en la escuela a la que van a asistir», lamentó Cook, ganador en 2020 del Premio de Estocolmo en Criminología por su investigación sobre la violencia con armas, en una entrevista con BBC Mundo.
El catedrático, coautor de libros como «El debate de las armas: lo que todos deben saber», asocia directamente masacres como la de Uvalde «con la proliferación de armas de fuego en Estados Unidos», donde en promedio hay al menos una en manos privadas por cada hombre, mujer y niño.
Sin embargo, Cook aclaró que la mayoría de las muertes por balas en el país, lejos de ocurrir en tiroteos masivos, son suicidios y homicidios que reciben menos atención general, al tiempo que consideró «inviable» una regulación de las armas en Estados Unidos.
BBC: ¿Son los tiroteos masivos terribles como el de Texas el mayor problema de la proliferación de armas en el país?
PC: Cuando tenemos más armas y más hogares con armas, el resultado inevitablemente va a ser más violencia con armas.
El problema particular de los tiroteos masivos, donde mueren varias personas al mismo tiempo, es la proliferación de armas de estilo militar, que ahora son las armas populares que se venden en armerías.
Lo que hemos visto es que estas armas, que pueden disparar muchos cartuchos con rapidez, se han expandido y básicamente todos los tiroteos masivos se hacen con ellas y el resultado es un aumento en la cantidad de tiroteos masivos y un gran aumento en el número de personas asesinadas.
BBC: Pero las estadísticas de 2021 muestran que los tiroteos masivos representaron menos del 2% de las muertes por armas de fuego en Estados Unidos. La mayoría fueron suicidios y luego homicidios. Entonces, ¿gran parte de la muertes con armas en el país son silenciosas para la gente?
PC: Es cierto. Depende de cómo se definan los tiroteos masivos, pero según cualquier definición son menos del 2% de las muertes asociadas a la violencia con armas de fuego.
En 2020, el año donde tenemos los datos más recientes y mejores, cerca de 20.000 estadounidenses murieron por armas en situaciones de asalto, en homicidios, y unos 24.000 en suicidios. Ese total de 45.000 es extraordinariamente alto: no se compara con los demás países ricos y desarrollados.
El porcentaje de homicidios que se cometen con armas de fuego en EE.UU. llega ya al 80%. Es decir, cuatro de cada cinco.
En medio de la pandemia de coronavirus en 2020 tuvimos un aumento del 30% en la tasa de homicidios y eso en esencia fue por un aumento de los asesinatos con armas de fuego.
BBC: ¿Entonces quizás los tiroteos masivos son sólo la cara más visible de un fenómeno más profundo en la sociedad estadounidense?
PC: Sí, hay mucho que aprender al comparar los tiroteos masivos con la violencia más de rutina que plaga a muchas ciudades de Estados Unidos.
En ambos casos el daño no se cuenta solo por el número de víctimas. La gente se anticipa a la violencia, toma medidas drásticas para intentar evitarla y mitigarla. En todos esos casos nuestro nivel de vida disminuye.
Para los escolares, eso significa que ahora tienen que someterse a simulacros de tiradores activos. Muchas veces esos simulacros, que anticipan la posibilidad de que un tirador irrumpa en la escuela, son traumatizantes.
Tenemos que entender que muchas más personas ven sus vidas distorsionadas y perjudicadas como resultado de la amenaza.
BBC: ¿Este fenómeno que llama de «violencia de rutina» con armas en Estados Unidos es mayormente ignorado?
PC: Creo que por ser tan rutinario y por concentrarse en los grupos desfavorecidos tiende a ser ignorado o minimizado, aunque el volumen de dicha violencia sea tan increíblemente alto.
Creo que la mejor estimación es que más de 100.000 personas recibieron disparos el año pasado y, de ellas, unas 20.000 murieron como resultado de agresiones criminales.
Se trata de un problema muy común y, por desgracia, endémico que ha persistido durante mucho tiempo.
Y lo que tenemos que hacer es reconocer que esto es un problema para todos nosotros, al igual que los tiroteos masivos, los tiroteos en las escuelas. La amenaza se extiende y se convierte en una carga para nuestras ciudades y nuestros estados.
BBC: ¿Ha podido llegar a una cifra de cuántas armas hay en las calles del país?
PC: Creo que el número de armas en manos privadas no se conoce con exactitud. Estados Unidos no registra las armas en la mayoría de los estados y no hay una forma directa de saberlo.
Intentamos estimarlo mediante encuestas. La respuesta es más de 300 millones de armas. Para ponerlo en perspectiva, eso nos dice que hay al menos un arma en manos privadas por cada hombre, mujer y niño que vive en el país.
Es la tasa más alta de armas per cápita, al menos en comparación con otros países igualmente prósperos y desarrollados.
No estoy seguro de que tengamos una idea clara de cuántas armas circulan en El Salvador o en Brasil, ya que también allí es difícil de medir. Pero ciertamente tenemos muchas más armas en proporción a nuestra población que Canadá o cualquiera de los países de Europa occidental, Japón o Australia.